Seguramente esta
frase causa malestar con sólo escucharla, vivimos siempre pendientes de las
opiniones que tienen los demás a cerca de nosotros, al grado de limitarnos,
bloquear nuestra creatividad y
generarnos una ansiedad tremenda.
Recuerdo un día que
estaba afuera de la oficina de un cliente, estaba nerviosa, no sabía muy bien
cómo enfocar la reunión, mi cabeza no dejaba de decir, ¿estás segura? ¿por qué
no te quedaste en México? ¿Realmente se me darán bien las ventas? ¿si no valgo
para esto?... Todas esas frases y algunas más me empezaron a
"abrazar" mente y cuerpo, no conseguía tener el valor para abrir la
puera del coche y bajar. Te podrás
imaginar las ganas de salir corriendo que tenía. Sin embargo, pensé, ¿Qué es lo peor que puede
pasar? ¿Qué me digan que no? ¿Que no
vean los beneficios de mi producto?...
No se de donde pero cogí el valor, baje del coche y tuve la reunión…
sería demasiado fantasmal decir que entré y triunfé… no, la verdad es que no lo
hice, pero me sentí muy feliz de haberlo intentado.
La mayoría de los
vendedores fracasan porque:
- Tiran la toalla antes de tiempo
- Se convencen así mismo de que no valen para ello
- Encuentran siempre una cosa mejor que hacer que hacer las llamadas y seguimientos que deben.
- Escuchan a su familia cuando les dicen, ¿Porqué no te buscas algo mejor?
Después de esa cita,
me prometí no volver a dudar, no volver a pensar que no valgo para ello, me
prometí no dejar de practicar, practicar y practicar.
Si realmente quieres
ser bueno en lo que haces, habla con gente que te ayude a crecer, es normal
tener miedo, es normal tener dudas, y lo más triste es que es normal que la
mayoría no corra detrás de sus sueños por miedo, porque han comprado la idea de
que no valen para ello.
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